En el debate formal de la Comisión de Derechos Humanos, la división en bloques se basó en que un único diputado no podía aceptar que el control de los drones estuviera dirigido por una entidad supranacional, en vez de estarlo por los Estados individualmente; este asunto se resolvió con facilidad y tras escuchar a dos testigos, en la Comisión se formó un bloque unitario. Este coincidió en que hay que implementar ciertas medidas para evitar cualquier tipo de actividad que viole el derecho a la privacidad de las personas.
Una de estas medidas, considerada de gran importancia por muchos diputados, fue la de ofrecer a la población de los países de la Unión Europea una serie de charlas educativas; los detalles como el dónde, cuándo o quién dará estas charlas pierden importancia cuando se concluye que hay algo claro: para mejorar la calidad de vida de los individuos, se requiere que estos comprendan y sean plenamente conscientes de las distintas situaciones de su vida cotidiana, que pueden amenazar con violar sus derechos. Se debe establecer una legislación respecto a la ciber-privacidad y el uso de drones, pero también es necesario fomentar globalmente una cultura de protección de información y de respeto a la privacidad de todos los que nos rodean.
Natalia Herrera