Aunque Colombia, según la Constitución de 1991, es un estado laico, la mayor parte de la población pertenece a la religión católica. Es por esto que la evasión de impuestos con motivos religiosos, el monopolio de la religión y la inconstitucionalidad al favorecer una entidad religiosa frente a otra, fueron temas de debate que buscaron definir por qué las Iglesias debían tributar.
Durante la crisis, se presentó un testigo que defendió que las Iglesias no deberían pagar impuestos sobre la fe de los creyentes. Por otra parte, se tomó en consideración el impacto social de las Iglesias en diferentes sectores, pues algunas atienden problemáticas que no podrían atender si se ven obligadas a destinar sus dineros para el pago de impuestos. Los proyectos de ley propuesto por el partido de unidad nacional y liberal, que proponían el impuesto IVA a las ventas por parte de las Iglesias, logró el equilibro entre ambas coaliciones.
Sarah Delvasto